Hoy hubiese actuado de otra manera. Mi cabeza no era la misma. Mi corazón, no era más que uno de sus lados concentrados de ella.
No actué con la razón. Te pido perdón mujer, por haber sido yo quien tenga que abrirte los ojos, aunque no sólo yo, sino también el y todos ellos.
Nunca me vi en el papel que luego me vi. Creía tener todas los pensamientos alineados, toda la ética y moral firme, pero no fue así. De la noche a la mañana todo puede cambiar, absolutamente todo.
Lo único que se, es que mejoré, fue necesario padecer para poder crecer y romper con todo lo que encadenaba.